sábado, 23 de febrero de 2013

3.- Aprendiendo de nuestros errores

Claro que aprendemos o deberíamos aprender de nuestros errores, aunque a veces estamos tan ciegos que no nos damos o no queremos darnos cuenta de ellos.
Poco a poco tenemos que quitarnos las cadenas y buscar la libertad, buscar lo que nuestros alumnos necesitan saber, lo que realmente les motiva y saber llegar a ellos a través de "sus medios".
Está claro que aprendemos no sólo en la escuela, al igual que está claro que no és sólo el maestro el que enseña. Los alumnos también son buenos maestros. Yo aprendo mucho de y con ellos.

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